DOCUMENTO DE CÁTEDRA  
TRAMAS SOCIALES • N° 06 | ISSN: 2683-8095  
Subjetividades hegemónicas  
(neo)liberales-(neo)coloniales  
y subjetividades políticas en  
resistencias autonómicas  
y re-existencias  
Hegemonic (neo)liberal-(neo)colonial  
subjectivities and political subjectivities in  
autonomous resistances and re-existences  
Recepción: 03/09/2024  
Aceptación: 26/11/2024  
Alicia Beatriz Naveda. Doctora en  
Ciencias Sociales, Magister en Planifica-  
ción del Desarrollo, Licenciada en So-  
ciología. Docente en grado y posgrado  
e investigadora en UNSJ.  
Alicia Beatriz Naveda  
Patricia Botero Gomez  
-
Patricia Botero Gómez. Doctora en  
Ciencias Sociales, Niñez y Juventud por  
el Cinde y la Universidad de Manizales;  
Magister en Educación y Desarrollo  
Comunitario por la Universidad Surco-  
lombiana, Psicóloga, Educadora Espe-  
cial por la Universidad de Manizales.  
Profesora e Investigadora del Centro de  
Estudios Independientes Color Tierra.  
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TRAMAS SOCIALES • N° 06 | ISSN: 2683-8095  
Resumen  
Las tierras de Abya Yala (Latinoamérica y el Caribe) han sido históricamen-  
te y, son en la actualidad, territorios atravesados por la ofensiva de diferen-  
tes marañas de poder global que recoloniza y recicla sus propias formas  
extractivistas en tiempos del colonialismo verde en búsqueda de metales  
preciosos, reservas energéticas, tierras fértiles, mano de obra barata. A esas  
condiciones se contraponen como esperanzas, las diversas insurrecciones  
de pueblos organizados, movimientos sociales, mujeres, pueblos origina-  
rios que están gestando formas otras de producir, organizarse, vivir, ge-  
nerando heterogéneas formas de reexistencia a la dominación económica,  
social, política, cultural.  
En este artículo abordaremos: la configuración de subjetividades neo-libe-  
rales neo-coloniales como parte de la trama hegemónica; las subjetividades  
comunales y colectivas emergentes en las resistencias cotidianas más allá  
de las resistencias deliberativas y públicas y, reflexionaremos acerca del  
Ser Colectivo tocando directamente el papel de las intelectualidades orgá-  
nicas en procesos autonómicos y en nosotredad; tarea que venimos habi-  
tando muy de otro modo en las institucionalidades académicas y políticas.  
AbstrAct  
Abya Yala (Latin America and the Caribbean)’s territory have historically  
been until today crossed by the offensive of different tangles of global  
power that recolonize and recycle their own extractive forms in times of  
green colonialism, in search of precious metals, energy reserves, fertile  
lands, cheap labor. To these conditions generated like opposed as hopes,  
by the various insurrections of organized peoples, social movements,  
women, indigenous peoples who are creating other ways of producing,  
organizing, living, generating heterogeneous forms of reexistence to  
economic, social, political, and cultural domination.  
This article we will address: the configuration neo-liberal and neo-  
colonial’s subjectivities as part of the hegemonic plot; the communal  
and collective subjectivities emerging in everyday resistances beyond  
deliberative and public resistances, and we will reflect on the Collective  
Being, directly touching on the role of organic intellectualities in  
autonomous processes and Nosotredad; a task that we have been inhabiting  
in a very different way in academic and political institutions.  
Palabras clave  
Subjetividades Políticas, Resistencias  
Autonómicas, Re-Existencias  
Keywords  
Political Subjectivities, Autonomic  
Resistances, Re-Existences  
Naveda, Botero Gomez  
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1. Introducción  
lectualidades orgánicas en procesos autonómicos y en  
nosotredad que venimos habitando muy de otro modo  
en las institucionalidades académicas y políticas. (Bo-  
tero, Patricia (2023) en Rawicz, Daniela; Kozel, Andrés;  
Devés, Eduardo).  
En la praxis onto epistémica que planteamos preten-  
demos re-conocer las raíces de las problemáticas que  
atraviesan nuestros territorios, enfocando críticamen-  
te las categorías analíticas con las que sentipensamos/  
existimos/y proponemos. Y esta vez, desde las viven-  
cias cotidianas de resistencias y re-existencias de las  
comunidades con quienes transgredimos la propia in-  
telectualidad orgánica.  
2. La trama hegemónica  
Diversas formas de resistencias a la fase neo-extracti-  
vista del Estado liberal y el capitalismo de Estado glo-  
bal y a sus políticas de muerte (tanatopolíticas) aún se  
mantienen vigentes en la mayor parte del planeta. La  
hegemonía mediática y estados-globalizados naturali-  
za las injusticias y los padecimientos de la guerra. No  
es posible simplificar una trama tan compleja como es  
la forma en que va organizándose el tejido hegemóni-  
co y penetrando las subjetividades. Así, desde los apa-  
ratos estatales se van tiñendo los discursos acerca de  
los territorios con el multiculturalismo, la equidad de  
género, la defensa del ambiente mientras sus prácticas  
continúan siendo escandalosamente extractivistas. En  
otras palabras, para encontrar acciones transformado-  
ras es insoslayable observar las prácticas y sus conse-  
cuencias antes que los discursos, y así también com-  
prender el papel histórico que se desempeña.  
¿Desde dónde abordamos las insurrecciones, moviliza-  
ciones, revueltas, resistencias en el S.XXI en América  
Latina y el Caribe? Es la pregunta central de este artí-  
culo. Asumimos una perspectiva crítica al capitalismo  
colonial y patriarcal que en su decadencia (neo)liberal  
está generando una crisis multidimensional para las  
mayorías del mundo y los territorios que habitan.  
Las tierras de Abya Yala (Latinoamérica y el Caribe)  
han sido históricamente y, son en la actualidad, terri-  
torios atravesados por la ofensiva de diferentes mara-  
ñas de poder global que recoloniza y recicla sus propias  
formas extractivistas en tiempos del colonialismo ver-  
de en búsqueda de metales preciosos, reservas energé-  
ticas, tierras fértiles, mano de obra barata.  
La actual crisis planetaria es sistémica: guerras, insos-  
tenibilidad ambiental, hiper concentración de la rique-  
za y despojo a sangre y fuego en todos los territorios  
de vida. Las medidas que se están adoptando desde  
los centros de poder reintroducen categorías de pro-  
greso, libertad, calidad de vida, justicia e igualdad con  
un sonambulismo delirante que promete cambios casi  
mágicos, aplicando las mismas políticas que conduje-  
ron a la debacle.  
La toma de estas banderas por parte de los centros de  
poder, organismos internacionales, usinas de pensa-  
miento (think tanks), universidades, ámbitos desde  
donde se propician determinadas políticas públicas  
es una característica del siglo XXI. Se enarbola un dis-  
curso crítico respecto de la situación ambiental tanto  
como acerca de las diversas condiciones de género y  
desigualdades sociales, pero trasformando demasiado  
poco en la realidad.  
A las condiciones objetivas señaladas se contraponen  
como esperanzas, las diversas insurrecciones de pue-  
blos organizados, movimientos sociales, mujeres, pue-  
blos originarios que están gestando formas otras de  
producir, organizarse, vivir, generando heterogéneas  
formas de reexistencia a la dominación económica, so-  
cial, política, cultural.  
En nuestras sociedades organizadas, son los podero-  
sos quienes deciden el rumbo hacia dónde vamos y de  
qué manera. También son quienes nos dicen cómo es  
el mundo en que vivimos y cuál es nuestro papel en  
él (Therborn, Goran 1998); específicamente, las clases  
económicamente poderosas alcanzan el dominio di-  
rigencial, político e ideológico construyendo consen-  
sos mediante procesos de equilibrios y desequilibrios  
constantes, traduciendo al sentido común sus cosmo-  
visiones (Naveda, Alicia 2016).  
En este artículo abordaremos: 1- la trama hegemónica:  
las subjetividades neo-liberales neo-coloniales como  
parte de la trama hegemónica; 2- las subjetividades  
comunales y colectivas emergentes en las resistencias  
cotidianas más allá de las resistencias deliberativas y  
públicas. Finalmente, 3- reflexionamos acerca del Ser  
Colectivo tocando directamente el papel de las inte-  
Pero este no es un proceso lineal, unidireccional, sino  
dialéctico, espiralado, contradictorio, en el que se va  
transformando la dirigencia en el fragor de los proce-  
sos materiales. Hegemonía no significa acuerdo pleno  
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u homogeneidad, sino que implica disputa de verdades.  
El ámbito de la hegemonía es donde tienen lugar los de-  
bates filosóficos, políticos e ideológicos. Un determina-  
do grupo, vinculado con intereses materiales concretos  
logra cierta hegemonía cuando puede tomar decisio-  
nes, cuando puede concretar las acciones que favorecen  
sus intereses particulares, aunque haya resistencias; en  
términos weberianos, cuando puede ejercer el poder.  
El triunfo electoral de la derecha anarco capitalista se  
apoyó fuertemente en las redes sociales que levantaron  
tsunamis de odios indiscriminadamente. A ello se su-  
man “errores” o vacíos dejados por otros partidos polí-  
ticos que no llegaron a advertir el hartazgo en la pobla-  
ción por promesas incumplidas por las dos coaliciones  
que llevan gobernando el país desde 1983. La alternancia  
entre modelos neoliberales y neoestructurales o neode-  
sarrollistas han sostenido la preeminencia de políticas  
extractivistas favorables a los capitales concentrados y  
generando pobreza, desocupación, exclusión. Las polí-  
ticas sociales aplicadas por el neodesarrollismo no fue-  
ron suficientes para contener el aumento de la pobreza  
e indigencia. Los procesos devaluatorios de la moneda  
-que sólo benefician a los grupos económicos concen-  
trados vinculados al mercado mundial- provocaron al-  
tos niveles inflacionarios que horadaban diariamente  
el poder adquisitivo de los salarios. Todo ello, sumado  
a la creación de un personaje creado por corporaciones  
mediáticas que logró empatizar con el descontento po-  
pular, con consignas concretas que ponían el foco en lo  
que denominan “casta política” señalándola como pa-  
rasitaria, contribuyó a generar una especie de protesta  
en las urnas, que implicó el triunfo electoral de un out-  
sider. El ascenso de estas derechas autoritarias requiere  
de profundos análisis que exceden este escrito1.  
No se trata de un conjunto ordenado, exento de contra-  
dicciones. Ruy Braga, Francisco de Oliveira y Cibele Ri-  
zek (2010) compilan una obra que nos invita a pensar en  
la forma en que el neoliberalismo ha logrado apropiarse  
de banderas transformadoras (en múltiples sentidos) y  
las ha utilizado en una especie de “hegemonía as aves-  
sas”. Esta expresión se puede traducir como una hege-  
monía invertida o al revés, y supone la utilización de las  
banderas de sectores subalternos por parte de las diri-  
gencias para no modificar el rumbo de sus decisiones  
en el ámbito económico, pero al mismo tiempo, sostener  
cierto grado de apoyo y popularidad. En otros térmi-  
nos, una forma de domino mucho más sutil y confuso,  
ya que sostiene la preocupación por las desigualdades,  
las inequidades e injusticias en términos ambientales,  
sociales o de género mientras ahonda las decisiones que  
las perpetúan. En esta forma de hegemonía sitúan los  
autores a los llamados progresismos latinoamericanos.  
Por su parte en Colombia, la llegada del primer go-  
bierno progresista y alternativo al extractivismo con  
propuestas de transición energética, carbono cero,  
suspensión de contratos de algunas concesiones am-  
bientales y con propuestas de ordenamiento territorial  
alrededor del agua, han creado una alternativa teóri-  
co-política muy interesante. Sin embargo, estas no lo-  
gran cuestionar las premisas de desarrollo y las mis-  
mas coordenadas de las teorías de la ciencia economía  
centradas en la carencia, el reformismo, reformas de  
leyes de salud, educación, seguridad apoyando el pro-  
ceso de paz, todas insuficientes en un estado de redes  
y mafias de todo tipo.  
Estos gobiernos alcanzaron cierta hegemonía con de-  
terminadas concesiones materiales, ineludibles para el  
sostenimiento del orden social, mientras impulsaban  
y sostenían los extractivismos. Esta política se sostie-  
ne en el adormecimiento orquestado durante procesos  
neoliberales que lentamente fueron despojando a las  
clases trabajadoras del trabajo y de sus representacio-  
nes político sindicales.  
Así se van constituyendo débiles democracias, tam-  
bién denominadas de baja intensidad (Boron, 2019)  
en las que los partidos políticos se convierten en ma-  
quinarias electorales que, lejos de proponer salidas  
favorables a las clases desposeídas y a la expectativa  
de vida inter-generacional de cualquier especie en el  
planeta tierra, abonan los más crueles extractivismos.  
En medio de las diferentes cumbres, es evidente que  
sólo no puede realizar transformaciones frente al  
narcotráfico y la guerra. La maraña del sistema de co-  
Probablemente estemos asistiendo a un tiempo bisagra.  
En el caso de Argentina y luego de 40 años ininterrum-  
pidos de democracia, las elecciones de octubre de 2023  
fueron ganadas por un candidato de extrema derecha,  
un representante de la escuela de Mont Pelerin, acérri-  
mo defensor del libre-mercado y opositor (virulento) a  
la idea de justicia social a la que llamó “aberración”.  
1
Al respecto pueden consultarse numerosas publicaciones y en-  
trevistas recientes de Atilio Boron (https://atilioboron.com.ar/); así  
como el libro de Javier Balsa (2024) ¿Por qué ganó Milei? Disputas  
por la hegemonía y la ideología en Argentina, Fondo de Cultura Eco-  
nómica, Buenos Aires  
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rrupción, incluido el hijo del presidente y de algunos  
funcionarios a quienes debió pagar favores luego de su  
elección, el autoritarismo en su gobernanza, el papel  
nulo que el engranaje burocrático del sistema ha de-  
jado a la voz de la vicepresidenta Francia Márquez (y  
con ella a la esperanza de los nadies) prueban día a día  
las trampas de los arribas para dar salidas al engranaje  
del sistema partidista y estado-céntrico. El incremento  
de odios, ilegitimidades, las diferentes arremetidas del  
racismo estructural y la captura de los movimientos  
sociales terminan siendo esfuerzos que restringen la  
imaginación política a estructuras coloniales capitalis-  
tas (partidos políticos y Estado).  
La colonialidad se ha construido bajo la premisa de la  
superioridad moral, racial y civilizatoria. El paradig-  
ma eugenésico naturaliza la superioridad de algunas  
razas, regiones, países sobre otros, con lo cual se jus-  
tificaban los exterminios y se fundamenta la explota-  
ción. Las asimetrías de poder y posturas neocoloniales  
han justificado al mismo tiempo, avasallamientos de  
territorios y comunidades en nombre de racionalida-  
des productivistas e impulsoras del progreso.  
Detrás de una supuesta libertad se ocultan principios  
racistas, clasistas, coloniales, patriarcales-bajo la pre-  
misa de un orden estatal. Como bien lo planteó Fou-  
cault (2006) la creación del público-Estatal hace parte  
de la configuración de subjetividades, la construcción  
de las poblaciones, indicadores, instituciones a partir  
de prácticas discursivas que van creando una manera  
de ser, que se instala en tiempos específicos. Las subje-  
tividades neo-liberales han constituido una gran ma-  
trix generadora de tanques de pensamiento para di-  
fundir sus ideas por el planeta. Muchos de esos Think  
tanks están en todos los países latinoamericanos y son  
financiados por gobiernos de países centrales y cor-  
poraciones transnacionales. Generalmente, instalan  
valoraciones respecto de la necesidad del libremercado  
como eje de las democracias.  
2.1. Subjetividad liberal-neo-colonial como parte  
de la trama hegemónica  
La neocolonialidad de la subjetividad bajo las premisas  
del proyecto liberal global propuesto en la fundación  
de los Estados nación, y su propio colapso de las es-  
tructuras de dominación y sumisión nos recuerda las  
teorías desde Fanon y Ashis Nandy. El verdadero co-  
lonialismo comienza cuando nadie de fuera tiene que  
venir y dominarlo o a decirle que hacer, usted mismo  
hace el trabajo de las sociedades colonizadoras porque  
ha interiorizado toda su moral y se ha convertido en el  
obrero fiel que replica el bien moral del colono porque  
ahora lo quiere. (Nandy en Botero, Patricia 2013).  
Los procesos de neocolonización propios del neoli-  
beralismo intentan administrar las subjetividades y  
colonizar desde múltiples ámbitos, correspondientes  
a la sociedad política y la sociedad civil. Para Susana  
Murillo (2018) el surgimiento del neoliberalismo se re-  
monta al último cuarto del siglo XIX, contradiciendo al  
liberalismo clásico y al principio kantiano por el cual “el  
otro”, nunca puede ser un medio para mis fines. Busca  
la anulación de toda exigencia de derechos por parte de  
los trabajadores -a quienes autorresponsabiliza respec-  
to de su propia vida y muerte- convirtiéndoles en “em-  
prendedores”. Este proceso estimula la ruptura de lazos  
de solidaridad entre pares. A ello se suma el paradigma  
eugenésico, que venía a legitimar no sólo la eliminación  
de grupos peligrosos a nivel local, sino a naturalizar la  
necesaria superioridad de unos países o regiones sobre  
otras, debido a causas sustentadas en la evolución, ex-  
plicada y legitimada por razones científicas.  
Las diversas tácticas de gobierno sobre los fenómenos  
afectivos cognitivos y morales de las poblaciones, han  
sido objeto de cálculo político e intervención cuya finali-  
dad es la consolidación de un sentido común que acepte  
lo dado como única realidad posible (Murillo, Susana,  
2018). La aceptación del orden social garantiza la conti-  
nuidad del orden que reinstala el proyecto (neo)liberal;  
nos referimos al neoliberalismo globalizado, al conjunto  
de prácticas concretas de individualización de las subje-  
tividades. El neoliberalismo globalizado apela a la estra-  
tegia discursiva de la autorresponsabilidad individual  
frente a su vida, sus padecimientos, incluso su muerte.  
Esta mirada tiene grandes consecuencias sobre la rup-  
tura de la idea de colectividad, de común unidad con  
otres, que sería un principio axiomático de los movi-  
mientos de reexistencia. La trama hegemónica neoli-  
beral es mucho más que una propuesta de economía  
política; es una manera de penetrar las subjetividades  
para des-humanizarnos, des-politizarnos, neutralizar-  
nos en nuestras capacidades transformadoras, reflexi-  
vas, solidarias, humanas, amorosas.  
2.2. El fantasma de lo público y la ilusión de la  
participación  
En las sociedades impregnadas por postulados neoli-  
berales, el juego de la celebración del individuo es un  
efecto ideológico construido en rituales, a través de la  
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configuración de lo que se denomina el “público”. La  
principal estrategia es la creación de polémicas, la gene-  
ración de discursos ambiguos, usando temas generales a  
través de los cuales los sujetos puedan identificarse y  
unirse a ciertas ideas o políticas, independientemen-  
te de que ellas expresen o no sus propios intereses. Es  
fundamental que las personas se sientan involucradas  
como sujetos en la agenda que los medios proponen y  
con ello experimenten que son libres y que participan.  
(Lippmann, Walter 1993, en Murillo, Susana 2018).  
bertad de mercado y la importancia de las inversiones  
extranjeras, reiterando el valor de la libertad indivi-  
dual; libertad que el ilustre visitante venía a Argentina  
a hacer comprender, pues entendía que los habitantes  
de este territorio no sabían de ella. Von Mises, criticó al  
gobierno del Estado argentino (Perón) derrocado por  
el golpe militar de 1955 y a pesar que aquel gobierno fue  
elegido por el voto popular, lo caracterizó como “tira-  
nía” (Murillo, Susana 2018).  
Según Murillo (2018) el neoliberalismo introdujo una  
paradoja trágica en la medida en que nos interpela a  
ser felices y completos, mientras nos amenaza de muer-  
te: física, social, simbólicamente. La arremetida del  
capital sobre los cuerpos y los territorios genera gran  
incertidumbre, lo que parece conjurarse imaginaria-  
mente a través de poner el eje de solución en el poder  
del propio sujeto. Esta imaginería individualista oculta  
la trama de relaciones sociales en las que transcurre la  
vida, atravesadas por relaciones de poder asimétricas,  
al tiempo que contribuye a aislar a las personas en tan-  
to consumidoras y productoras no sólo de objetos, sino  
también de sí mismas. la falacia de la meritocracia, los  
micro poderes en los que se expresa el heteropatriarca-  
do, y que constituyen cotidianeidades invisibilizadas.  
El público, para Lippmann, es algo que va más allá de  
medidas disciplinarias y de encierro, él es un fantasma  
(Lippmann,1993 en Murillo 2018) no una voluntad. Im-  
plica la autorresponabilización moral, que funge como  
base de la psicoeconomía y el neuromarketing del em-  
prendedor individual.  
Desde esa perspectiva, el hecho de gobernar no se tra-  
ta de determinar de antemano los dominios en los que  
el Estado y sus consultores privados deben intervenir,  
sino pensar cómo se debe intervenir en relación a una  
“sociedad empresa” configurada por sujetos autorres-  
ponsables que, o son emprendedores o caerán en la des-  
dicha y la muerte. Identificar la acción humana con  
la acción empresarial es centrarse en la competencia,  
para la que no debe existir restricción institucional o  
legal. La sociedad humana sería un mercado en el que  
un conjunto de emprendedores rivaliza entre sí. Pro-  
ceso que muchos de ellos, presentan como una forma  
de “humanismo” precisamente por su base en la acción  
individual presuntamente libre (Murillo, Susana 2018).  
La fábula de la libertad individual, que nos convierte  
en una especie de super héroes y heroínas de nuestro  
propio destino, no nos permite ver la forma en que real-  
mente se expresan los determinantes histórico –socia-  
les, que nos constituyen. Como señala Murillo (2018) 3,  
vivimos en escenas fetichizadas, en las que la felicidad  
como consumismo y el éxito como logro individual se  
generalizan, aún en diferentes contextos culturales.  
Esta competencia entre seres humanos abona el egoís-  
mo, el desprecio a los pobres, a los diferentes, insta-  
lando como ideal de realización y felicidad la riqueza  
desmedida y la admiración por los amos del mundo.  
2.3. La revolución cultural: libertad individual  
El nuevo liberalismo intenta colocar sus “hombres  
clave” en diversos espacios internacionales, estatales  
nacionales, subnacionales, universidades, medios de  
comunicación a fin de modular todas las dimensiones  
de la vida. Uno de los espacios priorizados por esta es-  
trategia es el de las universidades, algo que explica que  
en 1959, Alberto Benegas Lynch desde Centro de Estu-  
dios sobre la Libertad2, auspició la visita de Ludwig von  
Mises a la Argentina, para dictar seis conferencias con  
motivo de la inauguración de la Licenciatura en Eco-  
nomía en la Universidad de Buenos Aires. En ellas Von  
Mises explicó conceptos fundamentales acerca de la li-  
El capitalismo neoliberal heteropatriarcal va logrando  
la desaparición -en el pensamiento del denominado  
sentido común- del hecho que la acumulación es pro-  
ducto de la explotación, tanto de personas como de la  
naturaleza; así como la perspectiva histórica de nuestro  
3
Este punto merece amplios debates ya que abre posibilidades  
transformadoras como lo muestran las denuncias de hackers que  
logran penetrar secretos muy bien custodiados sobre las formas  
escalofriantes de manipulación que el imperialismo ejerce sobre  
innumerables cantidad de pueblos sometidos (Rovira Sancho, 2014)  
2
El Centro de estudios sobre la libertad publicaba la revista Ideas  
Sobre la Libertad en la que escribían autores neoliberales.  
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tránsito por el planeta. Simultáneamente, el crecimien-  
to ilimitado y la perspectiva cortoplacista constituyen  
el marco de referencia para la toma de decisiones.  
señala que la avanzada extractivista del capital sobre  
los bienes comunes ha implicado una especie de (re)  
patriarcalización de las relaciones en los territorios,  
que ahonda las asimetrías de poder y que invita a re-  
pensar en el papel político de las mujeres en estos pro-  
cesos. (Coba et all, 2022:103):  
3. Subjetividades políticas,  
subjetividades comunales en  
resistencias cotidianas:  
“Las cinco dimensiones de la (re)patriarcalización de los  
territorios planteadas por el Colectivo Miradas Críticas  
son: 1) Dimensión política: toma de decisiones masculi-  
nizada; 2) Dimensión ecológica: ruptura de los ciclos de  
reproducción de la vida; 3) Dimensión económica: con-  
formación de estructuras laborales patriarcales; 4) Di-  
mensión cultural: profundización de representaciones  
y estereotipos sexistas y 5) Dimensión corporal: control  
social y violencia machista”  
3.1. Ecologismos y feminismos  
Referir a ecologismos y feminismos en plural hace jus-  
ticia a la pluralidad de ambos movimientos. Los cruces  
entre feminismos y ecologismos han sido múltiples y  
variados a lo largo de diferentes momentos históricos.  
En las últimas décadas, particularmente en América  
Latina, la defensa de la Vida en su sentido más amplio,  
atraviesa ambos movimientos.  
A esa enumeración, podríamos agregar la dimensión  
ideológica, odiologizante que quizás las engloba por  
estar presente en el resto de las dimensiones. Es im-  
portante subrayar la decadencia de la institucionali-  
dad eurocéntrica liberal colonial del imperialismo glo-  
bal, ciborg, como parte de la crisis multidimensional  
del capitalismo.  
También comparten el hecho de que muchas de sus ban-  
deras son apropiadas por los discursos poderosos, que  
dicen propiciar políticas públicas que tiendan al respeto  
del ambiente y la perspectiva de género. Es común obser-  
var en discursos políticos, en convocatorias de investiga-  
ción o en la fundamentación de determinadas políticas  
la utilización de conceptos ecologistas y/o feministas:  
De manera subterránea en lo más íntimo de lo político  
se engendran alter-sistemas que cotidianamente, es-  
tán encarando las diferentes arremetidas de los vesti-  
gios en las subjetividades capitalizadas, liberalizadas,  
incluyendo al capitalismo de estado (Narrativas de so-  
roridad 2019-2023 en Botero y Naveda).  
Tanto feminismos como ecologismos son plurales y se  
tejen de manera compleja, ambos pueden ir de la mano  
con los movimientos sociales o pueden ser más cerca-  
nos a las instituciones que promueven el desarrollo y  
promueven la investigación. En la segunda década del  
milenio, las feministas latinoamericanas han asumido  
debates ecologistas desde perspectivas populares e indí-  
genas, las exigencias relación con el avance de la colo-  
nialidad neoextractivista”. (Coba et al., 2022: 137)  
Esta política que es tan patriarcal, tan colonial, que  
las mujeres vamos desmontando esta lógica políti-  
ca que es tan masculina y tratando de pensar en  
cómo las mujeres nos organizamos en toda Améri-  
ca Latina y el mundo, y tomando acciones de cómo  
desmontamos esta lógica […] recuperamos el valor  
desde nuestra (re)existencia, las formas de (re)  
existencia que son desde las prácticas cotidianas,  
como decían las compañeras, resistir un desalojo,  
acompañar el duelo de un hermano caído, mater-  
nar, toda esas son prácticas cotidianas supervalio-  
sas, que lo único que necesitamos es fortalecerlas,  
no decirles a las hermanas que hagan las cosas de  
una manera diferente (Leticia Pacheco, comunica-  
ción personal, 3 de septiembre de 2021)  
Los avances de los neo-extractivismos han incremen-  
tado las violencias, tanto extractivas como patriarca-  
les, reconfigurando los territorios y las formas de re-  
sistencia. El Colectivo Miradas Críticas del Territorio4  
4
Este colectivo se define a sí mismo de esta manera: “Somos per-  
sonas activistas, entusiastas, enérgicas, que creen en la transfor-  
mación y el poder que tiene el pensar la vida en común. Nacimos  
en distintos países del mundo (Ecuador, México, España, Brasil,  
Uruguay) y nos encontramos en Quito hace ya 5 años, lugar que se  
convirtió en nuestro espacio de conspiraciones. Nos ubicamos en  
el feminismo latinoamericano y caribeño como lugar de lucha, in-  
vención, creación, transformación y pensamiento. Nuestras mira-  
das tejen el vínculo entre los cuerpos diversos y los territorios.” En  
https://territorioyfeminismos.org/about/ (ultima entrada 23/03/23)  
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3.2. Las violencias extractivas como un  
continuum de violencia patriarcal  
Desde los organismos multilaterales de crédito y or-  
ganizaciones globales hay una apropiación discursiva,  
reproducida en la academia que, en los hechos, no hace  
más que garantizar la continuidad de lo que está. Por  
ello los ecologismos y los feminismos deben tomar la  
palabra y la acción, siempre estando alertas sobre las  
estrategias de los poderes fácticos.  
Desde los feminismos se plantea cómo las violencias  
extractivas patriarcales se reconfiguran de manera  
contundente y específica. Al respecto señalan que la  
(re)patriarcalización de los territorios en contextos  
extractivos “configura un nuevo orden patriarcal, que  
confluye, se enraíza, profundiza y reactualiza la exis-  
tencia de relaciones machistas previas” (Coba, et al.  
2022: 2). Se produce una reafirmación del orden pa-  
triarcal en circunstancias de extractivismo y un daño  
transversal sobre los cuerpos-territorios. Pensar en  
este problema como una línea transversal del proyecto  
capitalista es fundamental para disolver las distintas  
jerarquías y subordinaciones presentes en los procesos  
de lucha y apuntar a una reconfiguración del papel po-  
lítico de las mujeres.  
Las distintas reflexiones que las compañeras nos com-  
partieron y que ahora dimensionamos en sus propias  
palabras: son muchas las voces que se alzan pensando  
en Otros Mundos Posibles, en re-existencias y en un  
mundo poscapitalista. Por ahora se ven semillas ger-  
minales pero que nos alientan a creer que son posibles  
las profundas transformaciones ineludibles para sos-  
tener la vida en la Tierra. A elles se dirige este humilde  
aporte, para la construcción de la esperanza.  
Pero también aquí juega la ideología dominante, apro-  
piándose de banderas feministas para subordinar su  
rol a las lógicas expansivas del capital. Una especie de  
gatopardismo (que todo cambie para que nada cam-  
bie). Ejemplos abundan desde 1975, año en que se llevó  
a cabo la primera Conferencia mundial del año de la  
Mujer organizada por Naciones Unidas en la que un  
grupo de economistas promueven la integración de las  
mujeres a los programas de desarrollo y cooperación,  
en aras de reducir la pobreza.  
4. El Ser colectivo: con-versas  
emergentes desde las subjetividades  
comunales  
Para pensar junto a los movimientos sociales y a las co-  
munidades en re-existencia debemos revisar nuestras  
formas colonizadas de trabajo académico. De ahí la ur-  
gencia de reflexionar sobre nuestros enfoques teóricos  
y nuestras prácticas para descolonizar las academias y  
encontrar los caminos para ponerlas al servicio de un  
conocimiento transformador.  
Pensar en la integración de las mujeres al desarrollo des-  
de la mirada colonizadora resultó una estrategia más de  
la colonización y dominación de los cuerpos femeni-  
nos y los territorios. Desde Bolivia, Domitila Barrios de  
Chungara, luchadora contra la explotación a mineras y  
mineros, reclamaba a las feministas blancas del norte su  
desconocimiento sobre las condiciones de opresión en  
que se ejercía el poder colonial, tanto de varones como  
de mujeres ricas. Ya en los años ´90 y en pleno auge neo-  
liberal, se inaugura la incorporación del enfoque de gé-  
nero en los proyectos de cooperación y asistencia para el  
desarrollo. De la misma forma se declara la preocupa-  
ción por el equilibrio de los ecosistemas. Sostiene Ulloa  
(2016 citado en Coba, et al. 2022:139):  
Compartir pensares y saberes no es una tarea fácil,  
muchas veces los decires se tornan en obstáculos. El  
discurso, como dispositivo de poder, ordena, clasifica,  
genera relaciones asimétricas. O tal vez, podríamos  
pensar que las asimetrías de poder tienen en el discur-  
so, una expresión grandilocuente.  
A veces, cuando desde la academia se acerca a les pro-  
tagonistas de las historias, se disparan mecanismos de  
resistencia (en el mejor de los casos) de desconfianza,  
que sintetizan siglos de sometimiento e intentos de  
dominación eurocéntrica, colonial, arraigados en el  
sentir de los pueblos desde las más tempranas socia-  
lizaciones. Por eso es necesario poner en tensión dos  
conceptos, que atraviesan las formas estatizadas en  
las que se desenvuelve la vida comunitaria: desarrollo  
y gubernamentalidad, para ver de qué manera estas  
concepciones incorporan, vacían de contenido sustan-  
tivo y se apropian de banderas que podrían traer trans-  
formaciones reales.  
“Se debían tomar en cuenta la equidad de género, el ma-  
nejo de recursos naturales, el ecoturismo comunitario, la  
conservación de ecosistemas, los proyectos productivos.  
Las ONG promovieron una identidad ecológica de los  
pueblos indígenas, estereotipos resignificados estraté-  
gicamente por los pueblos originarios para el reclamo y  
protección de sus derechos colectivos”.  
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4.1. Desgubernamentalizar el desarrollo en  
todos los ámbitos de la vida cotidiana  
la acumulación y explotación; construyendo una falaz  
imagen de un mundo que enarbola principios de pro-  
greso, racionalidad, libertad, respeto por los derechos  
humanos: el fetiche del desarrollo, progreso, civilidad.  
El desarrollo a secas, no es otra cosa que el desarro-  
llo de la acumulación capitalista, por eso las teorías  
del desarrollo fungen como una tecnología de poder.  
Esto implica que se debe buscar en ellas, los objetivos  
(reales, no explícitos sino implícitos) las estrategias de  
acción que generan y los programas de acción política  
que sugieren (Foucault, Michelle 2009:56). Así es que el  
desarrollo se convierte en un eje de gubernamentalidad,  
concepto que contribuye a comprender el ejercicio del  
poder en las sociedades capitalistas que aún mantie-  
nen la esperanza en el capitalismo de estado-neoex-  
tractivistas.  
Desgubernamentalizar las versiones del mundo del  
desarrollo, la civilidad y el progreso implica desnatu-  
ralizar la mirada del modo de producir, de vivir, de  
consumir; de un modo de ser en el mundo: el modo  
capitalista, que se presenta como lo real, lo existente,  
lo inamovible, lo incuestionable, lo imparable. Para ello  
también requerimos de nuevas palabras, capaces de  
expresar otras cosmovisiones:  
“El término ‘nosotredad’ es una nueva (palabra-expe-  
riencia-concepto) que emerge de las prácticas filosóficas  
milenarias de pueblos ancestrales como los tzeltales en  
Mesoamérica, y de las filosofías de la diáspora afro en  
medio del colapso global…El ‘otro’ que hemos visto como  
extraño y las formas en que nos enajenamos de los seres  
de la tierra, son parte de la ficción de la separabilidad  
disciplinar e individualizada del mundo en crítica fun-  
damental al multiculturalismo, la inclusión institucio-  
nal y su reproducción de un otro exotizado, otrorizado,  
etnizado […] Frente al neoliberalismo multiculturalista  
y de inclusión, y frente al ecocidio, la ‘nosotredad’ hace  
parte de la experiencia del estar enraizado, afectado y  
en afectación inevitable con ancestros humanos y más  
que humanos” (Botero, 2023 pp. 214-220)  
Señala Foucault:  
“Con esta palabra gubernamentalidad aludo a tres  
cosas. Entiendo el conjunto constituido por las insti-  
tuciones, los procedimientos, análisis y reflexiones, los  
cálculos y las tácticas que permiten ejercer esa forma  
bien específica, aunque muy compleja, de poder que  
tiene por blanco principal a la población, por forma  
mayor de saber la economía política y por instrumento  
técnico esencial los dispositivos de seguridad. Segundo  
por gubernamentalidad entiendo la tendencia, la línea  
de fuerza que, en todo occidente, no dejó de conducir y,  
desde hace mucho, hacia la preeminencia del tipo de po-  
der que podemos llamar gobierno sobre todos los demás:  
soberanía, disciplina, y que indujo, por un lado, el desa-  
rrollo de una serie de aparatos específicos de gobierno, [y  
por otro] el desarrollo de toda una serie de saberes. Por  
ultimo creo que habría que entender la gubernamenta-  
lidad como el proceso o, mejor, el resultado del proceso en  
virtud del cual el Estado de justicia de la Edad Media,  
convertido en Estado administrativo durante los siglos  
XV y XVI, se gubernamentalizó poco a poco” (Foucalult,  
2006:136).  
En este sentido, y en medio de las diferentes arremeti-  
das de la gubernamentalización de la vida y sus pobla-  
ciones, coexisten subjetividades comunales –personas,  
pueblos, comunidades sociedades enraizadas con y  
entre pueblos, tierra y territorios de vida.  
Las subjetividades comunales son claro ejemplo de las  
emergencias de praxis filosóficas emancipatorias que  
perviven y se reinventan en el presente para sostener  
la vida en abundancia. Tanto en territorios urbanos  
como en el campo y en las selvas están re-emergiendo  
sociedades matrízticas, cuidadoras de la tierra y de la  
vida en pequeñas resistencias autonómicas y cotidia-  
nas. Esta es una de las apuestas que caminamos como  
alternativas a la intelectualidad orgánica no reducida a  
la academia, desde las trans(in)disciplinariedades.  
El desarrollo en el siglo XXI puede entenderse como la  
forma particular en que la expansión de los capitales  
en el mundo, va configurando las estructuras territo-  
riales, productivas, sociales. Implica participar en el  
desenvolvimiento de la producción a escala planetaria,  
liderado por enormes corporaciones transnacionales  
(muchas de ellas más grandes que muchos Estados  
nacionales y manejando cifras muy superiores a los  
Productos Brutos de muchos países). El desarrollo es  
dirigido por enormes poderes facticos -fundados en  
la riqueza y las armas- que lideran el bloque histórico,  
ocultando ante las mayorías la verdadera naturaleza de  
Como indican diferentes pueblos matrízticos cuidado-  
res de los principios de la relacionalidad, complemen-  
tariedad y autonomía, no son un asunto del pasado o  
de la visión acrítica y exotizada de las comunidades  
ancestrales. Confederalismos democráticos con las  
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ciencias jineoloji siguiendo los entramados y comités de  
solidaridad propuestas por las mujeres de Kurdistán,  
tejidos entre experiencias alternativas al capitalismo,  
al estado y al patriarcado están caminando mundos y  
realidades más allá de las discusiones dicotómicas e  
ideológicas.  
6. Bibliografía  
Bastos Amigo, Santiago, y Martínez Navarrete, Ed-  
gars (Coords.) (2023). Colonialismo, comunidad  
y capital. Pensar el despojo, pensar América La-  
tina Guerrero: Religación Press, Bajo Tierra Edi-  
ciones, Tiempo Robado, Cátedra Jorge Alonso  
Las autonomías que están tejiendo entre pueblos, in-  
dican divergencias –poderes creadores–que están  
afirmando las políticas de autodeterminación por la  
vida, la alegría y la dignidad en su plural singularidad.  
Acoger la otredad radical entre nosotredades implica  
acoger solidariamente todas las diversidades y las di-  
sidencias al servicio de las re-existencias. No se trata  
de unificar todas las luchas a una sola, tampoco de sos-  
tener una muda coexistencia entre verdades, se trata  
de recogernos en los tejidos y entramados múltiples  
de pequeñas autonomías en el lugar donde estemos  
genuinamente por desmantelar y deselitizar cualquier  
poder de sometimiento y subordinante de la vida.  
CIESAs-UdeG.  
Boron, Atilio (2019) El hechicero de la tribu. Mario Var-  
gas Llosa y el liberalismo en América Latina Cui-  
dad de México: Ed. Akal/ Inter Pares,  
Botero Gómez, Patricia (2023) Nosotredad. Capítu-  
lo de libro en: Rawicz, Daniela; Kozel, Andrés;  
Devés, Eduardo Pensamiento Latinoamericano  
en Cuestiones Étnicas y Sociales. Teorías, Escue-  
las, Conceptos, Figuras. Porto Alegre-Ciudad de  
México-Buenos Aires-Santiago de Chile: Ariad-  
mas-conceptos-enfoques. Libro en disponible en:  
clid=IwAR2NpGS6RcGoNjYMXK2Dke89tGpwY-  
Q8dAB_S5eWbsEXzURuYD6hzewtR9CI#.ZGP-  
FAHbMK5d  
5. Reflexiones finales  
Al comienzo de este capítulo cuestionábamos el lugar  
desde el que abordamos las diversas formas de re-exis-  
tencia generadas a partir de la crisis multidimensional  
de la formación histórica social capitalista neoliberal,  
neo colonial, heteropatriarcal, extractivista, porque  
toca directamente el papel de las intelectualidades or-  
gánicas. ¿Cómo nos tejemos, más allá de las superes-  
tructuras, en procesos autonómicos y en nosotredad,  
para habitar muy de otro modo en las institucionalida-  
des académicas y políticas?  
Botero Gómez, Patricia (2013) “Conversation with As-  
his Nandy”, mayo 20, Delhi. Center for the Study  
for developing societies: Dialogues for a Post-colo-  
nial/Decolonial Political Psychology: Conversation  
with Ashis Nandy, Delhi, mayo 18-20 de 2013.  
El lugar del hablante siempre implica un privilegio.  
Históricamente sólo unos pocos lo han ostentado. Por  
ello hemos intentado señalar las construcciones ideo-  
lógicas que configuran el discurso dominante, hacien-  
do una reflexión crítica sobre los saberes académicos  
que nos atraviesan y que requieren ser deconstruídos  
para vivir con los Otros mundos posibles que insisten  
y re-existen a pesar del Estado-colonial y las leyes del  
despojo.  
Botero Gómez, Patricia y Naveda, Alicia Beatriz (edi-  
toras) (2019-2023 en proceso) Narrativas de soro-  
ridad. Lo íntimo, lo político, más allá de lo público y  
la propiedad privada. Centro de Estudios Indepen-  
dientes Color Tierra, Colección Narrativas de So-  
roridad.  
Coba, Lisset; Maher, Mónica; Zaragocin, Sofía y Va-  
llejo, Ivette (2022) Capítulo: Indisciplinas e inter-  
disciplinas. Diálogos cruzados sobre feminismos  
y ecologías desde una perspectiva decolonial y  
comunitaria en: Lorena Romero Leal ... [et al.]. Fe-  
minismo y ambiente. Un campo emergente en los  
estudios feministas de América Latina y el Caribe -  
1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CLAC-  
SO; Nueva York: ONU Mujeres, 2022.  
Al mismo tiempo, dar la palabra, compartir la palabra,  
la Nosotredad es hoy revolucionario. Como dice una  
activista colombiana, Margarita Rosa de los Vientos:  
quienes persistimos no resistimos, sino que Existimos,  
para estar junto a quienes están celebrando la vida.  
Naveda, Botero Gomez  
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Elías, Antonio (2023) Un progresismo sin timoneles  
navega en la tormenta perfecta Publicado en Pe-  
riodico Claridad, Nro. 64, 14 de marzo 2023 Uru-  
Oliveira, Francisco de; Braga, Ruy e Rizek, Cibele  
(Orgs.) (2010) Hegemonia às avessas: Economia,  
política e cultura na era da servidão financeira.  
São Paulo: Boitempo  
guay  
Schuster, Mariano (2023) Entrevista a Nadia Urbi-  
nati La rebelión de «los pocos» contra «los mu-  
chos»; disponible en: https://nuso.org/articulo/  
Foucault, Michel (2006) Seguridad, territorio, pobla-  
ción. Buenos Aires, Argentina: Fondo de Cultura  
Económica  
Murillo, Susana (2018) artículo: Neoliberalismo: Esta-  
do y procesos de subjetivación en Revista Entra-  
mados y perspectivas de la carrera de Sociología,  
Universidad de Buenos Aires. ISSN 1853-6484, Re-  
vista de la Carrera de Sociología vol. 8 núm. 8 2018,  
392 – 426  
Therborn, Goran (1998) Como domina la clase domi-  
nante. Ciudad de México: Siglo XXI editores  
URDIMBRE-POSTDOCTORAL(2021-actual) Trans(in)  
disciplinariedades. Descolonizaciones teórico  
políticas, transformaciones con pueblos tierra y  
Naveda, Alicia Beatriz (comp.) (2016) Conflictividad y  
resistencias territoriales ante la ofensiva del capi-  
tal. San Juan: Editorial UNSJ  
Naveda, Botero Gomez  
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