
TRAZOS - AÑO V – VOL.II – DICIEMBRE 2021 - e-ISSN 2591-3050
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la Teoría Crítica urde su caudal epistemológico en un ejercicio cuyo objetivo no
se dene por el obrar al servicio de una realidad existente, sino por la expresión
de su secreto (Horkheimer, 2003, p. 248).
Si la modernidad conesa su dinámica como la del reino de la contradicción
y la barbarie antes que como la del reino de la libertad, la crítica busca inventar
sobre la base de una violencia que prolonga la existencia del capital. Esta si-
tuación le cabe tanto a las condiciones europeas de principios de siglo XX como
al devenir del Sur global. Piénsese, por ejemplo, en la teoría de la violencia del
martiniqués Frantz Fanon, contenida en Los condenados de la tierra: ¿acaso la
petricación del cuerpo colonizado de la que habla no constituye los visos de la
razón instrumental expuesta por Adorno y Horkheimer? ¿No es la violencia ar-
mativa del colonizado una respuesta frente a una razón de dominio? En deniti-
va, ¿acaso la denuncia de la razón moderna como razón de dominio no colinda
con el talante de una razón colonial?
Ni Adorno, ni Horkheimer, ni Benjamin, ni Marcuse, etc. atendieron a esta
dimensión de la razón instrumental, lo cual, empero, no tiene que traducir-
se necesariamente en un olvido, una falta o una postergación del problema.
Cuando se habla de actualización de la Teoría Crítica se reere, justamente, la
emergencia productiva de relaciones de vecindad que alertan aproximaciones,
ausencias y relevamientos. En efecto, la crítica puede ser comprendida como la
praxis que procura avanzar a contrapelo de las formas hegemónicas en que se
administra la crítica.
Es por eso que este dossier se formuló con el objetivo de promover y soste-
ner el diálogo entre distintos resortes textuales, estéticos y académicos relacio-
nados con las diversas localizaciones geográcas, políticas y epistemológicas de
la Teoría Crítica. Si en las últimas décadas la cuestión de “lo crítico” −instalado
en el siglo XX canónicamente por Max Horkheimer en Teoría Tradicional y Teoría
Crítica (1937)− ha sufrido mutaciones, relevamientos y nuevas conguraciones
en distintas áreas geoculturales, ha resultado pertinente indagar cómo (de ma-
nera directa o indirecta) las inquietudes iniciales de la Teoría Crítica han sido
atravesadas por desplazamientos y relevamientos que modicadores de su sen-
tido original y sus direcciones clásicas.
Estas relaciones actualizadoras de la Teoría Crítica pueden ser identicadas
con las críticas anticoloniales de la segunda mitad del siglo XX, la Filosofía de
la Liberación de Enrique Dussel, la crítica cultural latinoamericana de los años
80 y 90, la teoría poscolonial, el giro decolonial latinoamericano, los feminismos
críticos, entre un puñado numeroso de ejemplos que podrían esgrimirse.
Esta pluralización y descentramiento de la Teoría Crítica da cuenta de ac-
tualizaciones y pliegues que profundizan conjeturas sobre las narrativas y las
representaciones convencionales de lo que se comprende por “crítica”. En este