serían formales y se les podría adjudicar diferentes contenidos. En el mito se
encuentra esta estructura tríadica al igual que en Charles, pero de diferente
modo: el mito, en este caso, es un sistema particular que se edifica a partir de
cimientos previamente establecidos a lo que llamo sistema semiológico segun-
do. Es decir, lo que constituye el signo en una primera estructura es denominada
lengua, esta sería la asosiatividad global entre significado, significante y lo que
produce dicho signo; éste a su vez se convierte en significante de una segunda
estructura, la cual es denominada mito, donde se ve claramente cómo la segun-
da estructura se edifica a partir de la primera. Es como si la segunda estructura
robara el significado de la primera para luego construir un edificio diferente del
que estaba en los planos. En el mito existen dos sistemas semiológicos. A la
primera estructura de la lengua me gusta llamarla lenguaje objeto, porque es el
lenguaje del cual se toma el mito para construir su propio sistema. En el plano de
la lengua, al producto entre significado y significante, le llamo sentido, y a éste,
como término inicial en el plano del mito, lo denomino forma.
Cuando el sentido deviene en forma, se vacía, se empobrece, y es necesario
que la forma pueda volver permanentemente a echar raíces en el sentido origi-
nal para alimentarse naturalmente de él; sobre todo es necesario que en él se
oculte. Así, se enmarca de manera clara que lo que define al mito es este intere-
sante juego de escondidas entre el sentido y la forma. El concepto por su parte,
sirve de reserva histórica e intencional para que el mito pueda nutrirse y actuali-
zarse de sentido; a través del concepto se implanta en el mito una nueva historia,
donde el concepto responde estrictamente a una función. La relación que uniría
al concepto con el mito y el sentido, es la de deformación. Es decir, el mito se fun-
damentaría desde la precariedad de un sentido que ya viene desbastado.
Mientras tanto no podía negar que me era de mucho agrado la invitación
implícita que sentía de parte de Roland, a que pensara que lo que exponía podía
aplicarse a casos como el del día del trabajador, la violencia de género, la pobre-
za, el capitalismo y todo lo que pueda llegar a caber en la imaginación de cada
uno de nosotros, aun así, independientemente de las categorías lógicas que cada
cual posea. No obstante, de lo manifestado podía llegar a elucubrar que la socie-
dad era un campo perfecto para las significaciones míticas, teniendo en cuenta
que la historia a lo largo de su trayecto, ha sido burguesa en diferentes formas.
–Roland:… El mito transforma la historia en naturaleza, y esto a su vez, a la rela-
ción entre significado y significante. Una vez creado el mito, éste se viraliza y se
fija de manera tal que a través de la reproducción masiva se expande y aparenta
existir desde siempre.
En cierto aspecto, lo que hace la burguesía es vulgarizar su nombre de modo
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TRAZOS
AÑO III - VOL I
OCTUBRE 2019
ISSN 2591-3050