
sociólogo, indica: “Las mecánicas relativistas y cuánticas no cancelan la mecáni-
ca newtoniana: la delimitan” (Ibañez, 1998, 4).
Como observamos, el cambio no consiste en eliminar al oponente, sino en
expandirlo, reconocer sus límites y por ello sus dificultades, aceptar que las
posee y buscar las soluciones para que todo coexista en un plano de libre
acción, más no de libertinaje. Así la idea del respeto se hará clara y precisa, la
idea de la no-critica se ira con el tiempo pues si todo convive en paz, ¿Es nece-
sario seguir discutiendo?
La esclavitud de la decisión
“En efecto, la Decisión requiere que la persona tenga de hecho forjada una iden-
tidad sólida” (Gengler, 2009, 203). Sin embargo, la sociedad requiere y necesita
que las decisiones de la colectividad sean las mismas que se establecieron en
la comunidad desde un principio, sin realizar ningún cambio. Entonces, si las
decisiones las deben tomar personas con identidad sólida según Gengler ¿Qué
es lo que decidimos y con qué fundamentos? Sin el conocimiento de la maldad,
la bondad no tiene valor, observando la escasez se puede apreciar la abundan-
cia, por lo tanto, es curioso pero no ajeno a la realidad, que la sociedad desee
personas ladronas, violadoras, asesinas, pobres, deshonestas, codiciosas, des-
leales, entre diversas características negativas para estimar la otra cara de la
moneda y generarle un valor.
Lo irresponsable es cuando lo que consideramos malo se trasforma en nues-
tra percepción de infierno y buscamos a cualquier costo o salir de ahí o jamás
caer en ese lugar. Una forma sublime de gobernar las decisiones de los demás
es haciendo creer al resto que son responsables netamente de sus elecciones.
No obstante, ahí no acaba lo peor, separamos, aislamos y expulsamos de la
sociedad a quien posee dichas características, en vez de mejorar al portador de
ellas. La confusión aparece cuando la mayoría confunde un robo con un descu-
brimiento que traspasa cualquier teoría formulada hasta ahora. La sociedad
oprime al distinto segregándolo como si de una enfermedad se tratara. Hasta
que se brinde una cucharada de conciencia a una escala mayor, seguirán enca-
denados a la lógica del castigo. Es en el irrespeto y la intolerancia donde nacen
los tabúes, prejuicios, obstinación, entre otras.
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TRAZOS
AÑO II - VOL I
JULIO 2018
ISSN 2591-3050